COMPENDIO.

Da Pena.

20100105
Estando en la estancia de espera, recordé del por qué Luisa nunca quiso venir a este médico. Es que el hombre es atractivo, y no por menos, parece ser que sabe mover las manos.


Pasando al consultorio, y ver las casi mil mujeres que están esperando ser atendidas, me recuerda del por qué yo vine, y del por qué seguiré visitándolo.

Pasando las horas para que llegue mi turno, insinuó el no estar al pendiente de las otras mujeres, cuales están pendientes de mí. Cualquier movimiento, palabra, respiro, casi cualquier cosa... pero más que nada, el como me vestí hoy. No creo que me haya escotado tanto, pero no se sabe.

Al oír mi nombre, descubro que estoy ansiosa y que necesito verlo con urgencia, como si tuviese un regalo ó sorpresa por venir. No lo sé, es sólo un sentimiento que determina que hago o que no hago. No me entenderán, es un nudo de ideas que traigo divagando en mi cabeza.

Al llegar a la última puerta del blanco pasillo, escucho los murmureos que quería oír... está hablando con alguien por teléfono.

Mi momento de entrar...

-¿Sabes a qué vine?
-¿Disculpe?
-Que si sabes a que vine, pregunto.
-¿Una consulta?
-A decirte adiós.
-¿La conozco?

Sí, si es él, lo sabía, tiene las mismas facciones que su padre, no puedo creerlo. Y pensar que este ginecólogo, al que todas consideran como favorito... resultó quien me dejó una vez en paz.

-¿Laura? ¿Eres tú? ¿En verdad lo eres?
-Adiós.

Sí, el fue. Si lo hubiese conocido tiempo atrás, no sé que pasaría. Pero pues, que da la vida, más que vueltas, sólo el pensar que el hizo el análisis final, para que mi record clínico marcase "Hora de defunción" en vez de "fecha de nacimiento."

Mi nombre es Laura, hace seis meses, perdí a mi bebé por una negligencia médica, parece ser que la anestesia hizo que la presión arterial en mi ser, hiciera un estrago del cual, mi bebé se hiciera dependiente de.

-¿Laura? ¡Laura!

Hace seis meses, no podía hablar, no podía caminar... no podía vestirme. Estaba muerta.
Hace seis meses, él, me puso en una cama fría.
Hoy, tengo las de ganar, por honor a mi bebé, y por honor a las demás. No sé si fue en verdad su culpa, pero sólo sé, que fue un milagro, del cual, no fue gracias a él.

-¿Doctor Muñoz? Soy el detective Manuel Poza, queda usted bajo arresto por negligencia y abuso de profesión. Tiene derecho mantenerse callado...

Y de tener pena, de ver como tu carrera se desmorona, por no fijarse en las cosas que haces, con tal de hacer las cosas rápido. Como si la vida de una persona, no fuese suficiente, como para dedicarle el tiempo que merece.

Da pena, pero da coraje. Da pena y coraje, el saber, que casi matas a una persona. Da pena, y da orgullo, el ver que se está haciendo justicia.

0 comentarios: